La población venezolana se caracteriza por ser muy plural en sus
diferentes facetas, como consecuencia que somos una raza de personas con
orígenes étnicos provenientes de todos los continentes del planeta. Esta
característica, muy particular, se puede comprobar en una muy amplia porción de
las familias que habitamos éste hermoso país, trayendo como resultado las más
diversas tradiciones, rasgos genéticos y desarrollos culturales por demás muy
interesantes. Siendo la familia la primera
célula de la sociedad, constituye en sí misma, factor de primera línea en el
bienestar de la población como conjunto, por lo que la salud no escapa a esa
multiplicidad de rasgos propios en nuestro país. La historia nos ha mostrado cómo desde los primeros
pobladores, los procedimientos para contrarrestar las enfermedades, han
evolucionado y han ido de la mano con las diferentes etapas transcurridas desde
entonces. Las influencias foráneas, producto de esa genética plural, han
estado presentes desde entonces. A finales del siglo pasado, como
consecuencia de la globalización, los procesos para encarar las enfermedades,
en nuestro país, se han plegado a los avances a nivel mundial en la medida de
lo posible. Es notorio como influyen
en los diferentes grupos sociales, determinando una muy variada forma de
sobrellevar la relación salud-enfermedad: las diversas condiciones de habitad,
cultura, formas de vida, etc., la influencia política y económica, además
de prestarse el territorio nacional para que las familias se establezcan en asentamientos
rurales y urbanos, que a su vez gozan, también, de muy diversas opciones.
Considero que nuestras familias, con tan
diversas características, dependen en buena parte de sí mismas para prevenir,
si no todas las enfermedades, si
una buena parte, ya que ese núcleo en que se desarrolla el ser humano, debe
contar con el apoyo fundamental que lo constituye inicialmente la familia.
Seguidamente a éste principio de unidad familiar, dependerá de las
posibilidades socio-económicas de cada familia contar o depender con el sistema
de prevención, control y tratamiento público o privado según las posibilidades
a que se tenga acceso. Se hace necesario ampliar los programas de
prevención, control y tratamiento desde niveles primarios de escolaridad y
durante todo el proceso educativo, además de cursos o capacitaciones a nivel de
las comunidades para fortalecer y educar a la población en general sobre los
principios fundamentales para valorar los estados de bienestar mental, físicos
y emocionales de los seres humanos; retomando lo expuesto en líneas anteriores,
siendo la familia el principal núcleo de la población, los resultados sin duda
alguna serán altamente más positivos que los que pudiesen estar obteniéndose
actualmente.